martes, 18 de marzo de 2014

Mi tercera Media Maratón de León

@alejandro_obe
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Pues sí, ya van 3 en León.

Esta vez fue algo distinta, porque las dos anterior me tocaron viviendo allí. Esta vez, me tocó viajar desde Asturias, coger el bus a las 7:45 y desayunar on board. Esto me provocó algo más de nervios de lo habitual, el viaje, llegar un poco justo...

A las 9:15 llegaba a la estación, donde me esperaba mi compañero de fatigas, que aún madrugó más que yo para llegar a tiempo. Él me hizo el trabajo sucio (recoger chip, dorsal y camiseta), así que fuimos dando un paseo tranquilamente hasta el Estadio Hispánico (lugar de salida), aprovechando que León nos recibió con sol y un cielo despejado. Nos cambiamos, y listos para calentar (unos 20 minutos antes de la salida).

En León, esos momentos siempre significan saludar a antiguos compañeros y profesores de la facultad, cosa que me encanta. Es una avenida en la que cada poco te encuentras con un conocido, y eso mola. Y mucho. He de decir que este año nos encontramos casi tantos profesores como alumnos, nos hacemos mayores. Calentamiento, pis del miedo, y nos vamos a nuestro lugar de salida. Típicas bromas nerviosas antes de empezar, últimos saltitos (porque estamos un poco enlatados), y pistoletazo de salida.

Nos colocamos a pocos metros del globo que lleva la liebre de 1 h 40', y enfilamos el primer km tratando de evitar tropiezos con la multitud, y sin perder de vista la liebre. A partir del primer km, la fila se estira y ya se puede correr más tranquilamente, nos acercamos un poco más al globo, dispuestos a seguirlo hasta donde se pueda. Los 5 primeros km transcurren de manera amena, hablando buena parte del trayecto, bromeando sobre la gente que mira pero no aplaude cuando pasamos, y disfrutando de zonas emblemáticas de León como Ordoño II, San Marcos o la Junta. Llegamos al avituallamiento, y aunque se supone que había agua a ambos lados de la carretera, solo hay a uno, y nos toca hacer un cruce "suicida" para coger botella. Yo no llego a tiempo de agarra una en la última mesa, pero una de las cosas buenas de correr con alguien es lo que ocurrió, que compartimos la suya.



Del km 5 al 7, espectáculo de la liebre (creo recordar que se llamaba Dani) regulando por la subida de Unicef, comentando el perfil que nos quedaba, donde apretar o regular, etc. desde aquí mi agradecimiento, no solo por llevarnos "clavados" al ritmo, si no por amenizarnos el paseo con bromas, consejos y ánimos varios.

A partir de aquí (km 7) comienza la carrera de verdad, volvemos a meternos en pleno León, y disfrutamos de mucho público (y más animoso), la curva de entrada a la calle Ancha pone los pelos de punta, y pasar junto a la catedral (km10) abarrotado todo ese camino de público, es una sensación posiblemente única (por mucho que se repita año a año). Este segundo avituallamiento lo pasamos sin el susto anterior. Aún así, otro corredor ofrece agua a quienes no hayan podido coger, aunque nadie de los de alrededor tuvo problema para hacerse con su botella. Compañerismo. Deporte.

Llegando al km 11, la liebre ofrece un gel a quienes formamos su grupeta, y saco unas risas a los compañeros gritándole que "gel no, champú que se me ha olvidado". A partir de aquí cada vez la gente habla menos, prácticamente solo la liebre y un veterano corredor de la ciudad son los únicos que hablan y animan, empieza a aparecer la fatiga. Yo me limito a preguntar a mi compi si va bien, obteniendo confirmación de que así es km a km, hasta llegar al tercer avituallamiento del km 15.

Otro par de sorbitos, y seguimos. La verdad que me encuentro cómodo a ese ritmo, creo que es la primera vez que siento que yo domino a la carrera, y no ella a mí. En el km 16 pregunto a BMG si se ve para apretar el último cinco mil, y me dice que no, que sigue con el globo. Yo me veo pletórico y con un gusanillo que me pide tirar, aunque tampoco voy buscando una marca ni me preocupa, pero no quiero llegar con exceso de fuerzas a la meta. Así que charlo un rato con él, le comento que voy a tirar para adelante, me da el OK, un apretón de manos y subo el ritmo, confiando en hacer bien los algo menos de 5 km que quedan a meta y que él seguirá con la liebre hasta el final.



La media de este último tramo es de 4'15"/km, por los 4'40" que llevábamos con el grupo del globo. Me veo con bastantes fuerzas, aunque no me vacío porque se que del 18 al 20 se hacen duros por las largas avenidas sin público que vamos a pasar. Voy lanzado, adelanto a unas 100 personas y ninguna me pasa a mi. Ni siquiera tomo agua en el km 20, y enfilo la última recta antes de llegar a la rotonda previa a la entrada al estadio apretando los dientes, ahora sí. Impresionante, hasta arriba de gente, aplausos, ánimos, gente que te llama por tu nombre... gracias a todos. Recta de meta y un tiempo final de 1:38'15" que supone mi mejor marca en la media de León.

Al cruzar la meta, tras ver a un hombre echando hasta la primera papilla, me bebo todo lo que me dan y espero estirando a mi compañero. En poco más de 2 minutos aparece. Un abrazo, comentar la carrera, volver a saludar a conocidos... Un caldito (también había lentejas, pero a casi 30 grados ya era pasarse), más estiramientos... y a darnos un merecido masaje (cortesía de la organización). A la ducha... y a por una gran comilona para reponer!

Sólo un pequeño "pero" a la organización, sobre el km 4 había una señal en medio de la carretera, y ahí todavía se va muy juntos y resultaba bastante peligrosa.

Por lo demás, todo genial de verdad. Repetiremos, seguro.

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