domingo, 9 de mayo de 2010

MI PRIMERA MEDIA MARATÓN

A.O.B.
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Quizá un poco tarde llegan estas actualizaciones, pues la II M.M. Ciudad de León ya se disputó hace mes y medio, pero estas cosas se cuentan mejor con perspectiva, y el 6 de junio esperamos correr la segunda en Zamora.

Todo empezó 22 días antes de dicha carrera, con un sano pique entre amigos, con un clásico "no hay huev... a...". Pues claro que los hubo. La preparación, por llamarla de alguna manera, estuvo llena de problemas, por meternos kilometradas a las que nuestro cuerpo no estaba acostumbrado (yo no había corrido más de 8 km seguidos), y con diversas molestias físicas, al final sólo salí a rodar 11 de los 21 días posibles.


El día de la carrera, muchos nervios por la mañana, últimos preparativos y nos dirigimos hacia el lugar de salida en bicicleta (para calentar). Ya teniamos el dorsal y el chip del día antes así que unos estiramientos, el "pis del miedo" y a disfrutar del ambiente, saludar a los conocidos y alucinar con la cantidad de gente (2000 personas) y lo muy preparados y lo mucho que calentaban algunos (pero si váis a correr 21 km, que hacéis!). Debido a la mala planificación y al desconocimiento por ser la 1ª Media, decidimos ponernos junto al globo de las 2 horas, y salimos con tan sólo unas 25 personas por detrás.




Salimos a ese ritmo suave, cercano a los 6 min/km, hablando con los demás corredores, bromeando (cuánto falta?)... Las pulsaciones altísimas, en torno a 170 ppm, debido a los nervios y la emoción. Llegando al 1er habituallamiento (km 5), nos damos cuenta de que el "globero" va un poco a trompicones y que soportamos bien ese ritmo, y decidimos adelantarle. Para aquel entonces algún corredor ya había abandonado, por caída, y comenzamos a adelantar gente que paga el esfuerzo inicial por salir por encima de sus posibilidades.




Hasta el km 10, colocado en el lugar más emblemático de León, su catedral, se pasa volando, con mucho público, incluso el equipo que jugaba contra la Cultural bajó del hotel a animar (no recuerdo qué equipo era, uno vasco). Nunca pensé que el aplauso de un desconocido diese tanta fuerza, pero la verdad que se agradece un montón. En la catedral un par de caras conocidas que nos gritan y sonríen, como diciendo: "si al final habéis corrido". Pasamos por este punto con una media de 5'40'' el km.


A partir del km 11, mi compañero de fatigas y co-autor de este blog empieza a encontrarse mal, trato de tirar por él y le pregunto que si puede, me dice que sí y trata de agarrarse a mi rueda, pero un kilómetro más allá me veo demasiados metros por delante, nos miramos y comprendimos que desde aquí cada uno por su lado (esto ya estaba hablado de antemano, que si alguno no podía el otro seguiría la marcha). Durante un par de km más seguimos con contacto visual por las grandes rectas y rotondas, y nos damos ánimos mutuamente.


Después del km 15 se hizo un poco más pesado, por una zona con poco público, por ir sin mi compañero y porque cada vez había menos grupos de corredores. Me encuentro muy bien y subo un poquito el ritmo, no hago más que adelantar corredores. En el km 17 me veo "súper" y aumento la zancada, creo que se me ha estropeado el pulsómetro pues no se mueve de las 167 ppm. Ese kilómetro lo hago en 4'30'' y en el 19 lo empiezo a pagar, y noto el temido flato.


Sé que queda poco y hay que acabar sí o sí, así que echo el resto y llego al estadio Hispánico, la verdad que sólo me adelantan 2 corredores en esos 2 km de sufrimiento así que veo que no voy tan mal, y la llegada es una auténtica gozada con el estadio a reventar.




El tiempo final 1:49'18''; con una media de 5'13''/ km. Por tanto la segunda parte de la carrera mucho mejor que la primera, como los grandes, y sobre todo una gran satisfacción por haber acabado, que era el objetivo. Tras cruzar la meta y detener la carrera, un dolor inmenso se apodera de mi, pero eso ya da igual.

Lo que parece claro es que el gusanillo del running nos ha calado.

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