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Ahora que parece que nos podemos volver a embarcar en otra aventura del estilo aprovecho para actualizar con mis sensaciones sobre esta prueba popular.
Comenzar diciendo que nos decidimos a participar 21 días antes de la prueba, por lo que, éramos totalmente conscientes de que íbamos a llegar cortísimos de preparación.
Al tercer día de entrenamientos me lesioné en la rodilla (esguince de ligamento lateral interno) y daba por perdida la participación en el evento. Pero un par de días antes parecía que ya no había molestias en la rodilla.
Fuimos a recoger el dorsal el día antes (yo pensando en guardarlo como recuerdo) y al final decidí correr lo que aguantase, más que nada por vivir el ambiente.
Y allí estábamos A.O.B. y yo, en la línea de salida el día D. La verdad es que alucinamos con el ambientazo que había y el gran número de participantes.
La verdad que los 10 primeros kms. se pasaron volando, muchos ánimos de la gente que observaba la prueba y buen rollo en el grupo.
A partir del km.11 noté un tirón en el gemelo izquierdo, por lo que decido bajar el ritmo, y en el km.12 mi compañero se da cuenta de que se acabó la carrera juntos, y que nos volveríamos a ver en la meta, su ritmo era mucho mejor que el mío.
A partir del km.15 empezaron los dolores en la rodilla, y en la cabeza los pensamientos de retirada, estaba muy mermado de fuerzas y sabía que estaba lesionado, pero fue mirar el reloj, ver el tiempo y decir: "Joder, quedan 5 km. y voy bien de tiempo, seguimos y si rompe que rompa"
Ahí comienza mi calvario, mi ritmo baja estrepitósamente, me adelantan por todas partes, y sobre el 18 me encuentro con otro corredor que iba peor que yo, me acuerdo que le dije: "Vamos hombre, que para lo que queda hay que llegar, aunque sea a gatas"
El último kilómetro el apoyo de la gente es tal que ya no te duele nada, estás disfrutando y diciendo: "Hay que llegar, hay que llegar, hay que llegar"
A lo lejos ves la línea de meta, y ves el crono como va subiendo, y haces el último esfuerzo, y cuando cruzas y vas parando poco a poco empiezas a notar como te inunda la satisfacción del reto logrado.
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