miércoles, 24 de noviembre de 2010

Mi primera Behobia-San Sebastián

A.O.B.
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El pasado 14 de noviembre corrí mi primera Behobia-San Sebastián, carrera de 20 km que transcurre entre los 2 puntos que indica su nombre.

A las 9:25, tras haber desayunado y preparado el petate, salimos desde Zarautz hacia San Sebastián, donde un conocido nos llevaría hasta Behobia. Primeras gotas de lluvia, preocupación. Vemos un atasco en la autovía de más de 2 km en la entrada a Behobia, nosotros vamos por otra salida y nos evitamos el follón.
En torno a las 10 y 20 llegamos a Behobia. Me tomo una barrita, trote suave, estiramientos. Oigo los mensajes que unos atletas del Sáhara marroquí dan, con toda la razón, criticando a gobiernos y organizaciones que se lavan las manos.
11 y 10. Me despojo del chubasquero de los chinos y la sudadera vieja (es tradición dejarlo allí para que una ONG lo recoja) y me voy a mi sitio. La salida está muy bien organizada, con grupos de salida cada 3 minutos, según marca acreditada en Media maratón o en la misma prueba.
A las 11 y 12 minutos de la mañana paso por la alfombrilla de la salida. Llueve ligeramente, y la temperatura está en torno a los 11ºC.
Los primeros kilómetros son auténticos toboganes, sube-bajas continuos. Me lo tomo con calma, pues no he podido hacer entrenamiento específico de cuestas. Paso el km 5 en algo menos de 26 minutos.
Pasado el km 8 se acaba el terreno rompepiernas, tras una durísima y tendida ascensión por la autovía, que está llena de gente animando (como todo el camino). Aumento el ritmo pues sé que viene terreno más favorable. El km 10 lo hago en 50 minutos y unos pocos segundos.
Los siguientes kilómetros me concentro en seguir un ritmo constante y bueno, y animado siempre por el público que incluso grita tu nombre al verlo en el dorsal incluso lo voy incrementado km a km. Comienza a llover más fuerte alrededor del km 14 y baja algo la temperatura.
Poco importa la que nos está cayendo encima, ya sólo piensas en llegar. Algún repecho ligero te recuerda que tienes piernas. Por el km 15 mi ritmo ya es inferior a 5'/km.
Llegado el km 17, llega lo peor de la carrera. Una cuesta enfilando Donosti que parece no acabar nunca. Muchos corredores se paran, caminan, se animan entre ellos. La gente grita y grita sin parar. Las caras de esfuerzo dan hasta miedo.
Los 2 últimos kilómetros se me hacen eternos, la aglomeración de gente es brutal, pero el dolor de piernas no le queda atrás.
Los últimos 300 metros me dejo llevar, intento disfrutar, fijarme en el público, que pese al aguacero no deja de animar. Meta. 1 hora, 37 minutos y 34 segundos. Objetivo cumplido, llegar, y además con una marca que no está nada mal.

Un aplauso enorme a la organización, ni un pero que poner, y organizar a 20000 corredores, más todo ese público, no es tarea fácil.
Otro 10 al público, de verdad que hay que ver para creer, no hay un solo metro sin alguien apoyándote.
Tras haber corrido 2 medias maratones (León y Zamora), he de decir que muscularmente esta prueba les da mil vueltas, aunque psicológicamente se lleva muy bien por (y siento ser pesado) el público.

1 comentario:

BMG86 dijo...

Genial como siempre!!!

Me ha gustado lo de dejar el chubasquero y la sudadera.

¿Próximo objetivo la Media de León otra vez?