lunes, 11 de octubre de 2010

MI PRIMER DIEZMIL

ANTECEDENTES:
Mi afición por el running empezó hace 8 meses; desde entonces, he corrido 2 medias maratones (León y Zamora). Esa distancia va mejor para el tipo de corredor que soy, pero en cuanto supe de esta carrera no dudé en apuntarme.
Tras el parón veraniego de rigor, empecé en septiembre a correr de nuevo, pero por motivos climatológicos, y más adelante un tema familiar no pude entrenar como es debido esta carrera. Así que con sólo una semana de entrenamiento me voy a tomar la prueba como un entrenamiento con público y 1200 personas más, de cara a la Behobia, prueba en la que espero sí estar al 100%. Aún así, con la motivación extra del dorsal en el pecho, espero hacer un tiempo digno.

CARRERA:
Pum! a las 11:03 pistoletazo de salida, como siempre los primeros metros andando, mucha gente, mucha gente que se pone mucho más alante de lo que debería y lo único que hace es molestar.
Como siempre también, salgo con las pulsaciones por las nubes (dichosos nervios), y los 2 primeros kilómetros trato de coger mi ritmo crucero y bajar las pulsaciones.
En torno al km 3, subo un puntito la marcheta, las sensaciones no son muy buenas y hace más calor del previsto.
Avituallamiento del km 5, 24'49'', veo que no voy a hacer una marca nada reseñable, un traguito de agua, otro, y seguimos.
A partir del km 7 empiezo a encontrarme mucho mejor (como me pasa en las medias) y amplío la zancada.
En cuanto veo el cartel del último km decido dejarme lo que me queda para rebajar al máximo el crono.
En la última subida a la catedral oigo una voz de chica que vocea mi nombre y me anima, pero no consigo ver quién es.
Último esfuerzo y meta. Al final, 48' 19'', un tiempo discreto.



Poco público salvo en la meta, y poco animoso, ¡que aplaudir es gratis!
Me prometo a mi mismo no correr nunca más sin estar preparado, y me reafirmo en lo dicho en los antecedentes, un diezmil no me va tan bien.

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